Cristina Iglesias y su hermana gemela Victoria, manejan un perfil muy bajo, alejadas de los flashes y los medios, a pesar de ser parte de una de las familias más conocidas del mundo, pues son nada más y nada menos que las hijas de Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger. A ellas les fascinan los caballos, practicar deportes ecuestres, pasión que heredaron de su madre, y viajar a Miami, Nueva York, Punta Cana o Marbella.
Pero eso no quita que las gemelas no tengan aspiraciones y deseos como cualquier otro. De hecho, ambas son amantes de la moda y tienen un gran espíritu emprendedor: dentro de unos días inauguraran su propia marca de wellness. Se trata de una línea de cosméticos y suplementos dietarios llamada My Tribeü. La misma está dedicada especialmente para mujeres y, como es de esperarse de una marca que toca temas de salud, las gemelas trabajan con el asesoramiento de una reconocida neurópata de Miami, la doctora Paria.
Cristina y Victoria pusieron manos a la obra en este proyecto el año pasado, y después de un año de arduo trabajo sacarán a la venta su primera serie de complementos y bebidas que ayudarán a las mujeres a tener una radiante piel (como la de ellas) y más energía para poder realizar sus tareas diarias en óptimas condiciones.
Las recientes veinteañeras (cumplieron la segunda década el 1 de mayo), celebraron su mayoría de edad en Paris, Francia. Allí fueron presentadas en sociedad en el Baile de Debutantes en el hotel Shangri-La. Así, las gemelas se convirtieron en las primeras españolas en participar del baile más exclusivo del mundo. Ambas llevaron preciosos vestidos de Elie Saab y bailaron el vals con Iván y Nicolás de Poligny, condes argentinos, miembros de una de las familias aristocráticas francesas más distinguidas.
Hace unas horas, Cristina lució su tersa piel sin una gota de maquillaje. La joven de 20 flamantes años subió la selfie al natural en sus historias de Instagram y no dejó dudas de que heredó toda la belleza holandesa de su madre.