El 26 de marzo falleció en París María Teresa de Borbón-Parma. La prima del rey Felipe VI tenía 86 años. Su muerte fue confirmada por su hermano Sixto Enrique de Borbón a través de un mensaje en su cuenta de Facebook, en el que anunció que se oficiaría un funeral en su honor en la ciudad de Madrid.
El 27 de agosto de 2021 se celebraron las Solemnes Exequias en la Basílica della Steccata de Parma, por el eterno descanso de la Infanta Doña María Teresa de Borbón Parma. El féretro con los restos de María Teresa se situó a los pies del altar y se rodeó con las enseñas vinculadas a su Familia: la bandera de las Españas, Cruz de San Andrés y la enseña de las Órdenes dinásticas de Parma. Una boina roja estaba depositada sobre el féretro y un ramo de margaritas, en homenaje a las mujeres carlistas. También estaba presente la Gran Cruz de la Real Orden de la Legitimidad Proscripta, que fue concedida por su sobrino Don Carlos Javier en la celebración del Ateneo de Madrid en 2015.
La Infanta nació el 28 de julio de 1933. Su madre era Magdalena de Borbón Busset. Su padre era Francisco Javier de Borbón y Bragaza, príncipe de Parma y de Plasencia; se reivindicaba como heredero legítimo de la Corona española, tal y como proclamaba la tradición carlista, pero al estar en contra del franquismo fue exiliado. A pesar de todo, su lucha continuó hasta que en 1952 se autoproclamó legítimo heredero de la Corona de España.
María Teresa era hermana de Javier de Borbón-Parma, de Cecilia y de Nieves, además de Sixto. Junto a su familia se destacó por su compromiso con la ayuda social. También era hermana de Carlos Hugo de Borbón-Parma, el histórico dirigente y cabeza de la dinástica de la Casa Borbón-Parma, la rama carlista que intentó acceder al trono de España. María Tereda siempre se mostró muy respetuosa con la actual familia real española, a pesar de la lucha legítima de su padre. Aseguró que nunca conoció a su primo Felipe VI, pero sí al rey Juan Carlos, de quien tenía muy buen concepto.
Debido a la emergencia sanitaria por la Covid-19, solo los invitados asistieron a las exequias. La Familia Real y Ducal fue recibida por el Obispo de Parma, así como por los representantes de las Ordenes dinásticas parmesanas y representantes de la Real Orden de la Legitimidad Proscripta y las autoridades públicas de Parma, Piacenza y Lucca.
Finalizadas las exequias, los restos de la Infanta fueron depositados en la cripta de la basílica junto a los de su hermano Don Carlos Hugo. La labor social de María Teresa continuó hasta sus últimos días. Gustaba de los paseos por la playas de Cadiz, así como de las lecturas de Valle Inclán, unos de sus escritores predilectos.