La historia de Victoria de Suecia fue controversial para su país. Sus padres, el rey Carlos XVI Gustavo y la reina Silvina, no estaban muy conformes con su matrimonio con Daniel Westling hace 19 años. La princesa tuvo que enfrentarse por amor con la sociedad sueca.
La única tradición en la que se mezclan los royals y los plebeyos en Suecia es en la celebración anual en la Isla de Öland. No hay otra manera de que estos dos mundos entren en contacto. Sin embargo, hace unas décadas la princesa se enamoró de Daniel Westling, quien por entonces era su entrenador personal. Después de esto, la monarquía sueca colapsó. ¿Cómo era posible que la princesa, con sangre royal, se mezclara con un plebeyo?
En la familia real sueca Victoria no era la única que atentaba contra el buen nombre de la familia. De hecho, siempre fue más tranquila que su hermana Magdalena, quien siempre escogía la peor pareja, según la prensa. Maggie huyó en 2010 de su país, después de anular su compromiso de boda con el hombre que le fue públicamente infiel. Nos referimos a Jonas Bergström, un señor aparentemente perfecto en el mundo de los royals. Sin embargo, mientras esto le sucedía a Magdalena públicamente, Victoria comenzaba una historia de amor que dejaría a más de uno completamente anonadado.
La historia de Victoria con Daniel ha sido uno de los romances royal-plebeyo más polémicos de estas últimas décadas. Su padre, el rey Carlos Gustavo incluso negó públicamente la relación durante siete años, hasta que se dio cuenta de que ya no había nada que hacer: en un gimnasio la princesa se había enamorado locamente de su entrenador personal. El entrenador fitness estaba dispuesto a moldearse completamente para poder permanecer al lado de Victoria de Suecia. Así fue como cambio su look, sus maneras y hasta su propio apellido.
En 2010, Victoria de Suecia y Daniel Westling protagonizaron una boda al estilo de las princesas Disney, que incluyó paseos en barca, chambelanes de librea, tartas de tres metros de altura, carrozas descapotadas, niños vestidos de marineritos y un discurso con frases de cuentos de hadas como “la princesa de mi corazón”, emitidas del novio. Si se trataba de un anhelo soñado por años, Victoria lo logró: tuvo su boda de fantasía. La Heredera y su marido, convertido ya en príncipe consorte, se mostraron felices y sonrientes para ser inmortalizados en unas imágenes que pasarían a la historia. Gracias a su victoria, años más tarde, cuando su hermano Carlos Felipe se casó con la ex modelo de ropa interior Sofía Helqvist, la sociedad sueca ni se inmutó.