La infanta Elena siempre ha sido una mujer muy discreta que cultiva un bajo perfil. Pese a sus frecuentes menciones en los principales medios de comunicación, doña Elena, que se distingue por su rechazo a lo que ella considera como exhibicionismo, logra escapar al centro de la exposición mediática.
Pues bien, lo que incomoda a la infanta Elena sobre el estilo de vida de su hija Victoria Federica, es precisamente el excesivo protagonismo que tiene la joven en los ámbitos de la esfera social. Su ostentosa personalidad, que la lleva a presumir sus lujos y gustos caros con regularidad, tampoco sería del agrado de su madre.
Incluso los reyes Felipe y Letizia consideran que la exposición de Victoria no es buena para la imagen de la familia real. Lo mismo creen sobre el comportamiento que está teniendo Froilán, el otro hijo de la infanta Elena, quien ha dado mucho que hablar debido a su inadecuada conducta en la noche madrileña.
Tanto a la infanta como su exmarido, Jaime de Marichalar, les ha tocado lidiar con las fuertes personalidades de sus hijos, quienes parecen no advertir la investidura familiar que representan junto con su correspondiente rol en la vida pública. Por eso, el natural disgusto de doña Elena con el comportamiento de sus hijos.