Tras una seguidilla de meses algo turbulentos, Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia han comenzado a enfocarse en su propia vida como pareja. Con el proceso de divorcio de la infanta Cristina ya en marcha, el dúo ya no teme al escándalo y, poco a poco, intenta hacer una vida normal, sin temor a las fotografías ni a las opiniones. El exjugador de balonmano y su compañera ya tienen sus lugares favoritos, los cuales frecuentan como si nadie los conociera. Allí les encanta pasear con asiduidad, y siempre quieren volver.
Arces y petirrojos
Se trata de un refugio verde en el que se puede gozar de la naturaleza y pasear tranquilamente. Situado al borde de una lámina de agua con colinas y bosques, es un enclave ideal para vivir la naturaleza. Allí, Iñaki Urdangarin acudía a correr o andar en bicicleta siempre, en soledad o con sus amigos y guardias, pero nunca con quien fuera su mujer.
Bicicleta y running
Ainhoa Armentia es muy deportista y comparte con Urdangarin muchas de sus aficiones, sea el yoga, nueva práctica en la vida del exduque, o la bicicleta. En Vitoria, ciudad donde se encuentran viviendo, el todavía marido de la infanta Cristina conjuga su aficion por los espacios verdes con la posibilidad de trasladarse en bicicleta.
Casa familiar
En la localidad de Bidart se encuentra la casa de la familia de Iñaki. En su momento, él y Ainhoa se desplazaban hasta Francia para no ser vistos cuando su relación era un secreto; pero ahora es uno de los lugares que han escogido para vivir plenamente su relación, en completa libertad.
Biarritz
Otros dos de los puntos que la pareja visita con frecuencia. Ambos han sido vistos en la zona desde que su relación se hizo pública y ahora vuelven para poder relajarse. Según afirman los amigos de Urdangarin, “hacía tiempo que no se le veía tan feliz”.